Lo que se te pasa por la cabeza cuando tienes una start-up antes de dormir
Los primeros meses de una start-up son los que vives con mayor ilusión. Los problemas son inevitables y lo que llega poco después le roba el sueño al emprendedor.
Hace poco que leí un post de Joaquin Ayuso (co-fundador de Tuenti entre otras cosas) con el que pude identificarme al 100%. Hacía tiempo que no me había visto tan reflejado con la historia de otro emprendedor.
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Cuenta la historia de Juan que a las 11 de la noche en la oficina ya no puede ignorar que el hecho que el Excel que pintó hace 6 meses no se va a cumplir. Además le quedan menos de 60 días para quedarse sin dinero en el banco.
El emprendedor pasa al principio la mayoría del tiempo soñando
Esto no significa que no esté currando. Es más bien lo contrario. Los que sueñan poco duermen. El problema es que un emprendedor es incapaz de ser realista y un inversor enamorado de una start-up no puede ni quiere frenar la ilusión que brilla en los ojos de los fundadores. Todos quieren confiar que los planes pueden salir, estando al 100% convencidos que las cifras incluidas en el Excel son muy conservadoras y que si todo va bien incluso es muy probable que se superen. No tienes la sensación que te estés engañando. En el 80% de los casos divide tu peor escenario por 2 y con una desviación del 30% para arriba o para abajo tendrás una previsión más acertada. Una de las lecciones más importante que he aprendido con Coguan es que los los planes nunca salen. Tener fe y echarle horas sin parar ayudan pero no son suficientes.
Quieres cerrar los ojos porque no quieres afrontar la dura realidad. El primer mes en el que tienes una desviación importante del plan confías en recuperar lo perdido después del segundo. Llega el tercer mes y la cosa ha empeorado en vez de mejorar. Te has alejado tanto que incluso siendo optimista es prácticamente imposible sobrevivir con la caja que tienes.
El momento en el que despiertas – mi experiencia personal con Coguan
Ya no podía cerrar los ojos. Tenía que actuar antes de que era demasiado tarde. Pasaba noches en la cama desarrollando diferentes escenarios. Me veía haciendo las llamadas con los inversores. Las cifras no eran suficientes para conseguir financiación sin condiciones. En ninguno de mis escenarios Coguan iba a poder sobrevivir sin despedir a personas a las que ya les habías cogido cariño tras verlas todas las mañanas en la oficina. Habíamos comido juntos, celebrado las pequeñas victorias y de vez en cuando nos habíamos tomado unas cañas al final de la jornada en el bar de la esquina. Me imaginaba sus caras de decepción y cabreo que iban a tener. Habían confiado en mí y yo no había sido capaz de llevar la empresa a un puerto con aguas más tranquilas.
A pesar de lo duro que iba a ser este paso todo dependía de si iba a ser capaz de convencer a los inversores de mi nuevo plan y al mismo tiempo convencer al resto de equipo que esto únicamente era un paso atrás para dar dos para adelante. Mi pareja ya estaba durmiendo. Estábamos a punto de agrandar la familia. Lo que me estaba pagando como sueldo no iba a ser suficiente para los 3. Necesitaba un plan B. No quería volver a pedirles ayuda a mis padres. Iba a encontrar una manera de hacerlo. Siempre hay un camino. Mañana empezaré a pensar en opciones. Hay que dormir porque sino mañana no consigo levantarme…
PD: por desgracia hemos tenido que despedir 3 veces a varias personas en Coguan. Tras casi 5 años luchando nos quedamos únicamente 3 de los fundadores con una persona en administración en la empresa.
A mi me pasó lo mismo aún que siempre estoy positivo pero la verda que la cosa está muy negra para emprendedores, pequeña y Mediana empresas. En mi caso después de despedir 11 empleados en último 4 años sigo pensando en fórmulas para mejorar la situación. Un saludos !! Y arriba los ánimos amig@s . XD
Hola Carlos!
Simepre que empiezas un proyecto, debemos ser conscientes de que al menos hasta dentro de un año no vas a empezar a ver resultados. Estoy totalmente de acuerdo en que un emprendedor sueña siempre y cuando nos encontramos con los obstáculos era una parte que no formaba parte del sueño.
Lo peor es cuando el sueño no se materealiza como tenías planeado y tocan las decisiones que no querías tomar y tu vida hace un rumbo distinto y desespera ( experiencia propia). Pero siempre tenemos una oportunidad para seguir, la vida tiene esas cosas. Aprender de los errores nos hará ser mejor la próxima vez, estoy seguro de ello.
Un saludo!
http://goo.gl/iFC8BI
No hay que confundir emprendedor con administrador. La administración de empresas tiene unas reglas muy determinadas que pocos emprendedores conocen… afortunadamente porque si no no, se meterían en esas aventuras.
Recomiendo la lectura de este libro: El Libro Negro del Emprendedor. http://www.triasdebes.net/?page=book&b=7
Es duro ver como tus planes no llegan a buen puerto, pero hay que saber rectificar antes de llegar a estrellarse en un arrecife.
Los emprendedores vivimos de ilusiónes, pero de vez en cuando tenemos que despertar para volver a soñar y seguir luchando por nuestras ilusiónes.
Por cierto hoy mi primer año como Blogger, gracias a ti Carlos. 😀
Espero empezar el segundo año con novedades y colaboraciónes con más proyectos.
Saludos.
Creo que el problema del fracaso está en la primera etapa que es la de plantear objetivos. Muchos comienzan soñando con los resultados antes de pensar los medios para alcanzarlos.
Y ese, a mi criterio es el primer error que lleva a la frustración personal y el fracaso del proyecto.
Para evitar esto hay que dedicar más tiempo, del que se le dedica habitualmente, a la etapa de estudio, análisis e investigación de las ideas para luego poder convertirlas en proyectos.
Excelente aporte Carlos. Saludos desde Argentina.
Una de las cosas que me ha pasado como emprendedor es que aprendes en la marcha, hacer ajusted y si de verdad no funciona en 1 año es tiempo de pensar en cambiar el modelo de negocio, no sin antes buscar que es lo que busca la gente en realidad.
Me identifico tanto con tu entrada que me estresas!!!
Gracias por tus lecciones!
Un abrazo.