Hacer el ridículo para no hacer el ridículo y cómo ser menos idiota
¿Tienes miedo de no dar una imagen profesional? No te preocupes y haz el ridículo de vez en cuando para que te tomen un poco más en serio.
Requiere valor relanzar tu blog y salir como modelo masculino con ropa de mujer. Lo que a algunos le puede parecer hacer el ridículo es justo lo contrario. Se trata de no tomarse demasiado en serio ni dar la sensación que eres el mejor en lo que haces.
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Siempre hay algunos que se molestan porque supuestamente no te estás tomando en serio este trabajo “tan duro” que es el del marketing online. No me entiendas mal. Paso todos los días 10-14 horas delante de mi portátil y lo doy todo hasta que acabo el día como muchos de vosotros totalmente agotado.
Pero un trabajo duro es otra cosa. Es estar sentado en la caja de un supermercado durante horas sin poder moverte y aguantar el mal humor de los clientes (lo he vivido de los 18 a los 23 años). Es trabajar en una obra realizando una labor física con 40 grados de temperatura en verano y con pleno sol. Eso si es sudar la camiseta.
“Chupatintas” es como me llama mi padre que ha pasado toda su vida en la obra currando. Me encanta mi trabajo. Me gusta lo que hago aunque no siempre sea fácil esto de emprender. Soy bueno en algunas cosas que hago pero hay muchos que son mucho mejores que yo en los mismos campos. Hacer el ridículo significa no tomarse tan en serio. Es mostrar un lado humano y divertido de tu faceta profesional. Qué sepas reírte de ti mismo no significa que seas menos bueno. Es una forma de admitir que tienes tus limitaciones como todos las tenemos y eso hace que confié más en ti.
Dar una imagen demasiado seria y profesional es hacer el ridículo. No encaja con los tiempos que estamos viviendo. Te tomarán por un idiota o lo que sea pero seguramente no te tomarán en serio. Es esconder el payaso o niño pequeño que tenemos dentro de nosotros. Mi peque me ha mostrado que hacer el ridículo no hace daño sino todo lo contrario. Sin ella nunca hubiera descubierto p.ej. que soy un bailarín excelente para canciones infantiles (para las demás no pero esto parece ser mi nicho). Tendrías que verme. Igual algún día grabo un vídeo y lo subo a Youtube. Seguramente podríamos pasar todos un buen rato viéndolo… 😉
Ese video … pero ya
Cuanta razón tienes al decir que escondemos el payaso o niño que llevamos dentro, a medida que vamos creciendo, solo por parecer más serios y profesionales.
Adoro esto que has dicho por que siempre que escucho a alguien decir que los niños te quitan la libertad….les digo que se equivocan totalmente.
Es justo al contrario… te la devuelven, y te “desatan de esos encorsetamientos” impuestos.
Puedes volver a hacer y recordar las cosas de cuando eras un enano.
Que te resetean la mente y son unos “robatiempo”, pues sí…. pero y lo bien que se queda uno cuando se harta de bailar y cantar los “cantajuegos” y lo que disfrutan ell@s. Eso no está pagado.
Y respecto al nuevo “it boy”…. que decir? jjjjjj si es serio o profesional, ya lo lleva demostrando hace tiempo, como para tener que justificarse ahora por una ocurrencia tan graciosa, y que ha quedado supersimpática, al menos para mí.
Bueno Carlos un saludo, que vas a leer como si hubiera 15 comentarios. 🙂
Hola Carlos. Estupenda publicación. Este tipo de reflexiones humanizan nuestro trabajo y muestra que detrás de un blog hay un ser humano normal…. Los superpoderes los tienes por equivocarte , por aprender y por compartir …. Yo tengo 3 hijos pequeños y soy una experta haciendo el ridículo …. Tanto que mi hijo mayor no me deja bailar o cantar por la calle cuando voy con el ….. Jajaja…. Cosas de la preadolescencia
En video no…quiero verlo en directo en el próximo Q500…
Totalmente de acuerdo. Hay ocasiones en las que la mejor alternativa es hacer el ridículo para seguir adelante.
A mi, por ejemplo, mi niña me ha sacado a relucir mi faceta de cantante. Para cuándo tu quieras, un dúo…
La seriedad es el escudo donde se protegen muchas mentiras… lo siento, pero no recuerdo el autor.
Como he puesto por Twitter espero sinceramente no dejar de hacer el ridículo. Gracias a hacer el ridículo he conseguido desde ganar apuestas pequeñas hasta conseguir trabajo antes incluso de la entrevista.
No se debe subestimar el asomar la cabeza por encima del montón, aunque para ello debas tropezar con las seis únicas personas de una sala una tras otra y tirarlas al suelo.
Jope Alex es que ni siquiera te has afeitao macho 😉
Yo estoy con Alex… En el próximo Q500 te vamos a pedir una canción de parchís en el primer bar que pisemos… A ver esos movimientos sexys xD
Gracias Carlos por este post
La verdad es que yo también lo paso muy bien escribiendo en mi blog sobre Autoestima, y creo que saber reírse, disfrutar sin preocuparte de hacer el ridículo, o hacerlo voluntariamente, aumenta la autoestima y ayuda a vivir más relajado y feliz.
Gracias
Koro Cantabrana
Muy buena entrada Carlos.
Es importante que el trabajo sea divertido, porque nos pasamos muchas horas y no es necesario convertirlo en un peñazo.
Yo siempre he dicho que divertido es lo contrario de aburrrido, no lo contrario de serio.