Cómo darte cuenta que tu equipo está 100% implicado en tu empresa
Por si no lo tenías claro. El activo más importante de tu empresa no eres tú. Tú no eres nadie sin la ayuda de aquellos que lo hacen posible. Tu equipo.
Los yo-negocios pueden ser fantásticos. Sobre todo para aquellos que no buscan gestionar equipos y tener gente trabajando para ellos de forma continua.
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El tipo de negocios que ahora mismo persigo no están basados en hacer crecer mi marca personal para vender servicios relacionados. No tiene nada malo si lo que vendes es real. Únicamente no es lo que busco ahora mismo.
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Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado
Tengo en mente algo grande que ahora todavía es muy pequeño. Confío en mis capacidades para hacerlo crecer aunque sé que conllevará años de trabajo. Nada de ingresos pasivos o ganar dinero en 24 horas durmiendo.
Recientemente han saltado chispas y se me ha cambiado el chip. De estar orientado a corto plazo pensando en un proyecto tras otro de pasar a querer disfrutar de una cosa pensando en términos de años. Es por ello que descarto algunos de los proyectos que hasta hace poco todavía quería empujar.
¿Para qué te cuento esto? Para que entiendas un poco mejor porque surge este post. Hay un proverbio africano que dice esto. “Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado.” Esto no es una maratón por lo que necesito un equipo que esté a mi lado para llegar lo más lejos posible.
Esto es lo que demuestra la implicación de tu equipo
Soy un emprendedor afortunado. Tengo un equipo increíble. Por su juventud y falta de experiencia en algunos campos no es perfecto (nadie lo es) pero tiene el corazón en el lugar adecuado. Por lo tanto son perfectos para mí y mi filosofía de negocios pensando en el largo plazo. No es cuestión de lo grande que eres sino de lo mucho que te queda por crecer.
Piensan en soluciones antes de que las tengas que proponer
Y esto es algo que me encanta cuando funciona. Cuando eres emprendedor eres la última línea de defensa. En la última década una de las cosas que más cabreo me ha generado es la falta de iniciativa de algunas personas. ¡Piensa! Es tan fácil cómo utilizar la cabeza. Parece que para algunos individuos esto es proceso complicado que genera hasta un dolor físico. Otra explicación no me queda sobre todo cuando la solución es sencilla.
Mi forma de ver el mundo es que si trabajas para mi quiero que me soluciones problemas. No quiero pensar por nadie. Cuando surja un problema dime la solución pero no me preguntes por la misma. Si quieres me puedes pedir mi opinión. Acepto que las cosas no se van a hacer nunca al 100% como yo las hubiera hecho. Es lo que hay, prefiero hecho a perfecto.
Buscan formas de ahorrar dinero para la empresa
Este ya es proactividad al próximo nivel. No puedes esperar de una persona que trabaje para ti que tenga el mismo nivel de implicación que tú. Es tu empresa, no la suya. No va a ocurrir. Tus problemas no son los suyos. No esperes empatía donde no la va a haber.
Pero de vez en cuando hay algo de luz al final del túnel. Aunque en ocasiones sean pequeñas cosas se proponen mejoras que de forma directa o indirecta mejoran productividad y/o ahorran dinero. Hay una regla muy sencilla. Todo lo que no gastas no tienes que ingresar. ¿Sencillo, no? Pues eso.
En grandes empresas esta forma de implicación tiende a ser nula. Primero porque la voz de uno cuesta escucharla. Luego está la sensación de que un pequeño ahorro a la empresa no le va a cambiar la vida. La suma de pequeñas mejoras puede ser increíblemente potente. Como emprendedor debes encontrar una forma para incentivar estas iniciativas aunque no puedas hacerlo siempre de forma económica.
Echan horas extra si hace falta sin que tengas que pedirlo
Me gusta empezar de forma puntual a las 9 con la reunión diaria para atacar con fuerza el día. Al mismo tiempo nunca exigiría quedarse más tiempo de lo acordado. Tengo miembros en mi equipo que responden a mails el fin de semana o a la 1 de la mañana. Es algo que no se puede exigir pero que surge porque el nivel de implicación es máximo (¡gracias!).
Tampoco hay inconvenientes en dedicar tiempo a gestionar asuntos de mis viviendas. Aunque esto sea algo que se salga de la rutina normal no veo nunca una mala cara cuando necesito ayuda sino más bien todo lo contrario. En otros momento hay que sacar envíos a Amazon de forma urgen. No siempre se puede hacer en el tiempo estimado y si hay que echarle tiempo extra para acabarlo aunque ya se haya acabado la jornada laboral se hace. Nunca lo pediría porque no me parece correcto por mi parte pero cuando surge estoy increíblemente agradecido.
Mantener este tipo de cultura es más fácil cuando la empresa es pequeña. Somos una micropyme y ahora mismo sumando a todos los que somos ni llegamos a 10 personas (somos 7 y no todos trabajando desde la oficina). Tengo la esperanza de que esta implicación no se vaya a perder. ¡A por ello equipo! 😉