Por qué el típico “si quieres, puedes” no les sirve a la mayoría de las personas
Las típicas frases de motivación no funcionan si no ponemos acciones detrás de nuestras palabras. Muchos no pueden y otro no quieren. Eso es el problema.
“Querer es poder.” Es una frase que siempre me dice mi madre cuando me ve. No se trata de motivarme porque ya estoy al límite de lo que un cuerpo un humano puede soportar a nivel de ilusión y ganas por hacer cosas. No necesito más energía positiva porque sino exploto.
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Tengo la suerte que mi cerebro funciona así. Una pequeña idea ya puede ser suficiente para generar un coctel de endorfinas y adrenalina que me ayuda a poner el motor en marcha y derrumbar muros que se ponen en el camino. Si quiero, puedo y si no, vuelvo a empezar desde cero. No todo el mundo funciona así y hay varias razones detrás que les impide poner en práctica una de las frases más básicas de motivación.
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Falta de autoestima y confianza
La falta de experiencias positivas del pasado te hace dudar cada vez más que en el futuro serás capaz de lograr algo. Ya el más mínimo reto se convierte en una montaña gigante y el miedo al fracaso se convierte en certeza cuando al final te rindes aceptando que hay ciertas cosas para loas que no vales. Lo peor de todo es que en parte tienes razón. Hay cosas que simplemente no se nos dan bien y nos van a costar más que otras. Eso no significa que no podamos hacer algo, sino simplemente que tardaremos más tiempo en llegar que otros.
Falta de conocimiento y experiencia
Si no te crees la frase de “querer es poder” nunca lo vas a lograr. Si nunca has vivido una experiencia positiva donde al principio te parecía todo demasiado complicado pero al final si lo lograste, te pararás en medio del camino. Dirás “¿para qué sufrir tanto?”. Si nunca has tenido el sabor de gloria en tu boca y la enorme satisfacción que supone haber logrado algo que al principio parecía increíblemente difícil, no estarás dispuesto a pagar el precio para llegar hasta ahí. Necesitarás a alguien que te pinche en el culo, que te grite cuando estés a punto de tirar la toalla y que te de un lápiz para pintar tu camino cuando no haya mapa.
Falta de motivación y costumbre
“Pero si yo estoy bien.” Una vida llena de comodidades hace que el esfuerzo sea una mala costumbre para lograr cosas que ya tienes sin hacer nada. Es increíblemente peligroso dárselo todo a tus hijos porque les quieres. Me duele el corazón cuando le digo “no” a mi peque porque quiero que no le falta de nada en este mundo. En cambio le explico que todo cuesta dinero y que si le compro algo Papa tiene que trabajar más tiempo y no puede estar con ella el fin de semana. Ella tiene 3 años pero lo entiende y lo acepta aunque evidentemente siempre seguirá intentándolo. Un fracaso como padre no sería que mi hijos no consigan un puesto de trabajo reconocido o hayan estudiado en las mejores universidades. Un fracaso sería que como adultos no tengan sueños. motivación y la ambición de mover el mundo aunque sea únicamente 2 o 3 milímetros.
Para salir de un circulo vicioso del “quiero pero no puedo” o “no quiero y no me hace falta” hay que mejorar el autoestima y crear experiencias positivas. No tienen que ser cosas demasiado grandes. Al principio deben ser pasos muy pequeños. Cuando te planteas un reto demasiado ambicioso y no sabes por dónde atacarlo, ni el tiempo que vas a tardar, ni nadie te puede guiar, es preferible que lo dividas en muchas pequeñas partes.
¿Quieres perder 20 kilos de peso? Empieza por perder 500 gramos en 1 semana. ¿Parece factible, no? Pues eso. Cuando lo hayas logrado igual puedes optar por perder 1 kilo en 14 días. Si aguantas 4 semanas ya habrás perdido 2 kilos y puedes plantearte pasos más grandes. La cuestión es ir cumulando experiencias positivas. Nada es fácil, eso está claro. Incluso esos 500 gramos te van a costar sobre todo si es la primera vez en tu vida que te planteas hacer una dieta.
Si nunca lo intentas, nunca lo sabrás. Alguien dijo alguna vez que en la vida cuando miramos atrás nos arrepentimos más de las cosas que no hemos hecho que de las que hemos vivido. Piénsalo la próxima vez que retrasas salirte de tu zona de confort.
Si quieres puedes. .. si sabes cómo o estas dispuesto a aprenderlo
Pero no queremos, o sí queremos. Y aquí va el dato impactante: tengo sobrepeso. Y tengo sobrepeso PORQUE QUIERO. Si no quisiese, sacaría tiempo a diario para hacer ejercicio, pero tengo otras prioridades. Cada vez lo tengo más claro: a la gente le gusta no tener metas. Por el motivo que sea, así se sienten cómodos. Si el año que viene es igual al presente y al pasado, todo está bien. Nos agarrotamos en nuestra vida porque queremos. Porque si de verdad lo deseas te comes el mundo.
Pero, por lo general, hemos decidido no esforzarnos.
Probablemente la falta de FOCO sea una causa también. Nos “despistamos” con cosas que nos apartan de nuestros objetivos a diario.
Esto requiere decir NO y poca gente está dispuesta a hacerlo.
Si quieres algo con todas tus fuerzas y haces todo por conseguirlo no tengo ninguna duda de que alcanzarás tu meta. En el fútbol hay mil ejemplos: el Eibar, jugando en Primera con un presupuesto más propio de Segunda B, o el Atlético de Simeone, que ganó una Liga contra los dos colosos Barça y Madrid con un presupuesto infinitamente inferior. No hay duda: si quieres, puedes.
El éxito no se consigue con deseos, sino con habilidades. Y una habilidad se consigue con un buen aprendizaje y un esfuerzo que depende de cada cual.
Sobre la voluntad, tengo una opinión muy particular que podemos debatir en otro momento.
Otro detalle a tener en cuenta es la gestión de las emociones… pero esa es ya otra historia…
Pídele y entrena tu mente para que pase lo que pase en la realidad, no se vea influenciada por los resultados obtenidos. Si consigues eso, el éxito estará asegurado.
Una cosa es querer, otra es hacer y otra muy distinta es hacer y ser persistente en el tiempo.
Querer no cuesta nada, hacer a lo largo del tiempo sin entrar al desgano es otro cantar.
Muy buen post. De los que ayudan mucho. Gracias.
No solo basta con querer, también con estar dispuesto a hacer cosas para conseguirlo. Y esas cosas tienen su esfuerzo, así que siempre que se quiere algo, hay que ponerle ganas y palante’!
Si quieres puedes… pero también todo tiene un límite. Hay personas que se ponen metas utópicas, y luego se deprimen porque no lo han conseguido… el consejo de retos cortos como el de las dietas es genial. Gracias!!
[…] complicado hacer lo mismo en situaciones donde con poco ya te sientes molesto y quieres retroceder. El típico “si quieres, puedes” aquí no siempre sirve si no tienes razones de peso (p.ej. problemas de salud, generar ingresos para tu familia, […]
Para mi la frase correcta es, logra tu sueño o muere intentándolo. Yo soy un emprendedor igual que tu, y lucho al máximo por mis objetivos, pero las cosas no siempre se dan como uno quiere y no solo digo en lo laboral, también problemas o acontecimientos personales pueden afectar toda tu vida.
Gracias por tratar este tema!
La clave está en si te lo crees o no y si estás dispuesto a pagar el precio por conseguir algo. Es decir, si crees que puedes y además lo quieres y estás dispuesto aprender lo que haga falta, entonces podrás. La actitud positiva y los chutes de adrenalina a veces se utilizan como reclamo y son un engaño, la gente se pone como una moto pero cuando aterriza no tiene las herramientas adecuadas para manejarse.
Nunca hay que perder de vista dónde se mueve uno.
En esta línea comparto con vosotros un artículo que escribí hace tiempo al respecto: http://azucenafraile.com/si-quieres-siempre-puedes/
[…] tener recursos para ponerlo en práctica: el típico “si quieres, puedes” no le sirve a todo el mundo. Hay personas que necesitan algo más que palabras para recibir el empujón necesario. Igual […]