Cosas que consigo gracias a levantarme a las 5.30 horas todos los días
Llevo más de un año despertándome cada día a las 5.30 horas de la mañana. Esto son los principales beneficios que he sacado del tiempo ganado.
Cada día de nuevo es un esfuerzo levantarme a las 5.30 horas. Por mucho tiempo que ya lleve con el despertador fijado en esa hora, no por ello se convierte en una tarea más sencilla. Soy consciente que uno de mis puntos fuertes es tener la disciplina de llevar a cabo algo asi sin buscar excusas. Lo que empiezo una vez, lo acabo. Esto también puede tener efectos contraproducentes de no saber cuándo hay que parar pero eso ya daría para otro post.
Contenidos
Tiempo para mi
Lo primero que hago cuando me despierto es reservar tiempo para mi. Cuándo estas con mil historias y además tres peques en casa que requieren de ti puede ser algo fantástico tener tiempo donde únicamente tienes que preocuparte por ti mismo. Lo primero que hago es prepararme un café y sentarme para aprender algo nuevo a través de vídeos de Youtube. Poco después empiezo a redactar estas líneas. Otra cosa que hago para mi. Una vez que he programado el post para el día siguiente a las 00.01 me pongo con el deporte. Después me ducho y entre las 7.00-7.15 horas empieza mi día de trabajo.
Reducción de niveles de estrés
Cuándo para otros suena el despertador yo empiezo a trabajar. Antes de adelantar el despertador también hacía todo eso pero durante toda la mañana sentía ese estrés de todavía tener que sacar hueco para el post del día y el deporte a mediodía. Sobre todo cuando se acumulan muchas tareas esas cosas que haces para ti parecen menos importantes aunque no lo son. De esta forma empiezo el día con los “deberes” hechos. Algo que debería ser algo positivo (escribir y hacer deporte) en estos tiempos me podía generar ansiedad. Ahora mismo es todo lo contrario.
Sacar faena como si no hubiese un mañana
Mi día empieza sobre las 7.00 y acaba sobre las 19.00 horas. No son siempre 12 horas exactas pero más o menos es el tiempo que estoy trabajando. Tengo una pausa de 15 minutos para desayunar (sobre las 8.30 horas) y otra para comer (12.30 horas). Y sí, me he adaptado 100% al horario alemán.
Te pueden parecer pocas pausas y tienes razón. La cuestión es variar entre tareas cuándo te cansas. Las más duras las llevo a cabo por la mañana cuando la cabeza todavía esta fresca. Las más ligeras las intento hacer por la tarde. No siempre es exacto pero más o menos es lo que hago.
Cada día tiene un planning donde divido mis 12 horas en franjas de 30 minutos para sacar faena como si no hubiese un mañana. De esto creo que ya te he hablado en algunas ocasiones. Me funciona muy bien incluso ha remplazado mi lista de tareas.
Mi nivel de productividad ahora mismo es un 30-40% superior. Tengo 8 clientes que asesoro, 3 proyectos propios, 2 contratos de libros y todavía tengo la sensación que puedo con todo. Igual me equivoco pero fines de año veremos.
Mis días por cierto no son más largos que antes. Me acuesto antes. A las 9.30 apago la tele y me preparo para ir a la cama. Ver 1 hora de Netflix me relaja. En ocasiones incluso me quedo dormido. Podría leer un libro pero a esta hora mi coco ya no da para más. Esto es todo de momento, toca empezar el día… 😉
Stay tuned.
Hola Carlos!Muy interesante todos los beneficios que describes. Pero si tienes 3 hijos, ¿cuándo los atiendes? Yo tengo 2 hijas y en ese horario que marcas tendría que hacer una parada de hora y media para levantarlas, vestirlas y llevarlas al coles, y otro tanto para recogerlas y pasar la tarde con ellas hasta acostarlas.
gracias
Hola Lina! Tenemos la suerte de tener el cole al lado y pueden ir ellos andando (normalmente). Cuando yo me he duchado, ellos se despiertan y se visten (por suerte ya sin ayuda de nosotros). Mi mujer aquí aporta más que yo porque ella prepara todo mientras que yo me estoy duchando. Muchas veces ya tengo que salir de casa cuando los peques se acaban de levantar (ahora evidentemente no).
Gracias a ti!