Tres años gestionando un equipo en remoto – esto es lo que he aprendido
Han pasado ya más de tres años desde que nos hemos mudado a Alemania. Desde entonces también gestiono mi equipo en remoto. Esto son las principales lecciones aprendidas.
La lección más importante al principio. Sí, es posible gestionar un equipo a 2.000 kilómetros de distancia. Es algo que no no me había imaginado. Te seré sincero. Antes de tomar la decisión tampoco he sido gran fan del trabajo a distancia. Con todo lo que hemos vivido en los últimos meses el trabajo en remoto se ha convertido en una pieza fundamental de nuestro día a día. La falta de alternativas ha hecho que me he tenido que hacer con la idea de que trabajar en remoto puede funcionar.

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Si no estas en todo no pasa mucho
Iba a escribir primero “nada” pero no es verdad. Mi trabajo en el día a día tiene un impacto pero es más bien en las cosas pequeñas. Hay cosas que se nos escapan que se nos escaparían menos si estuviese encima durante toda la jornada. Si que es verdad que me he preguntado el peso que he tenido en el éxito de nuestra actividad empresarial antes de la mudanza. La verdad es que estar ocho horas encima y no estarlo apenas han marcado una diferencia. Esto posiblemente no se puede generalizar y simplemente tengo que reconocer que a nivel de gestor tengo deficiencias. Mi punto fuerte y es algo que de momento nadie en el equipo puede hacer es fijarse en los pequeños detalles y ser consciente de la importancia. Es ahí donde insisto y freno para no saltarse pasos esenciales y hacer las cosas bien que tengan que ver con el desarrollo de producto, aspectos legales, servicio al cliente, branding, marketing, etc.
Tu equipo puede funcionar sin ti si marcas objetivos grandes y pequeños
Hay cosas que no entiendes o mejor dicho interiorizas hasta que tengas cierta edad. Es un tema recurrente en este blog y tiene que ver con lograr cosas a través del “paso a paso” en vez de dar un salto y del día a la mañana estar donde querías llegar. Para asegurarme que ese “poco a poco” se haga todos los días tengo que marcar ciertos objetivos como “quiero que cada semana hagamos x” de esto o lo otro. Nadie en el equipo tiene la certeza que tengo yo que es la única forma para lograr una meta grande. No existen alternativas. Cuando eres más joven estás convencido que si que existen porque los que han llegado antes que tú no han buscado bien o no han dado con el truco mágico que crees que estás a punto de encontrar. Además de las metas diarias, semanales o mensuales se requiere una visión grande. ¿Para qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestra meta grande por lo que tenemos que hacer todas estas cosas pequeñas?
Las herramientas como Asana y Slack son esencial
Apenas comunicamos a través de correo. También es verdad que casi nunca lo hemos hecho. Slack fue el primer canal que hemos empezado a utilizar. Luego hemos añadido a Asana. La combinación de ambas herramientas y los resultados después de los primeros 30 días ya los había resumido previamente. Slack ha funcionado a la primera pero para Asana hemos necesitado mínimo dos intentos. Tras tomárnoslo en serio está funcionando. Casi todas las tareas están en Asana. No es un sistema perfecto pero me ayuda a estar encima de lo que está sucediendo desde la distancia. Es mucho mejor que tener que preguntar sobre todo y tener que tenerlo todo en la cabeza. También es una buena caja de ideas que se pueden aparcar y retomar en un momento que tenga más sentido para todos.
Estos días está sucediendo la mudanza al nuevo local. Es una pena que no lo pueda vivir en primera persona. Ahora toca adaptarse al nuevo sitio y sacarle provecho a las posibilidades de almacenamiento que nos ofrece. Nos espera una nueva época.
Stay tuned.
es muy bueno que aprendas cosas nuevas