Las limitaciones que tiene llevar una empresa desde otro país
Han pasado cuatro años desde que inició la aventura de llevar la empresa en España desde Alemania. Esto es mi resumen de lo bueno y de lo malo desde entonces.
Esta Semana Santa la estamos pasando en España. Hemos aterrizado en Alicante pero hemos pasado unos días en Madrid con amigos. Justo ayer regresamos y hemos pasado la noche en casa de mi madre antes de mudarnos a un sitio enfrente de la playa. Tiene buena pinta, creo que nos lo vamos a pasar bien…

Antes de pasar unos días en Madrid pude ver por primera vez el almacén nuevo pero ya “con cosas”. Hemos invertido en el sitio con el objetivo de almacenar producto. Hemos tenido capital para hacerlo. En el otro lado ya no había forma de invertir en producto porque el espacio era muy reducido. Hemos pasado de 90m2 a más de 600m2.
Además de ello tenemos acceso a financiación. Ahora toca gastarse, digo invertir todo ese dinero rápidamente para hacerlo rotar cuando antes. Justo antes de Semana Santa hemos visto cifras prometedoras pero ahora ya se nota que ha sido un subidón que tendrá como continuación un bajón en la facturación. A ver donde está el suelo…
Es sorprendente ver todo lo que ha conseguido el equipo sin estar yo in situ. Hemos estado siempre en contacto a través de la pantalla. Es siempre extraño cuando estoy “en el otro lado” de la misma. Incluso en mis momentos más intensos de proyectos siempre hemos sacado tiempo para hablar y además con bastante frecuencia.
A pesar de ver el progreso también hay desventajas.
Cuando vendes producto físico no todo se resuelve a través de videollamadas. Hay cosas que tienes que ver. Detectas potencial de mejora que nada más lo puedes observar estando. Con el paso del tiempo aprendes a priorizar mejor el trabajo. Es lo que todavía no he sido capaz de transmitir bien al equipo. El problema es que genero mucho ruido porque tenemos muchos temas. Yo mismo soy capaz de llevar a cabo muchas tareas y en paralelo pero no todo el mundo funciona igual. En ocasiones nos atascamos y el culpable soy yo por sacar mucha faena al mismo tiempo.
Estando in situ la cosa sería más sencilla porque simplemente haciendo preguntas del tipo “¿cómo va …?” durante el día avanzas porque a distancia esta pregunta posiblemente llega más tarde o queda incluso unos días en el olvido. Los grandes avances se consiguen con pequeños empujones continuos. Cuando no estás para empujar y supervisar hay muchos temas que se diluyen.
Nos cuesta en ocasiones ir hasta el final en grandes y pequeños problemas. Cuando nos enfrentamos a una situación difícil nos quedamos parados o seguimos con otro tema en vez de encontrar una solución aunque no sea perfecta. Eso son cosas que no siempre detecto desde la distancia. Ya me lo he planteado el año pasado. Pasar de vez en cuando tiempo en España fuera de la epoca de vacaciones. A ver cómo me organizo…
Stay tuned.