Cómo llevo a cabo una semana muy intensa de trabajo

Hay semanas que son más intensas que otras. La primera semana de agosto ha sido un ejemplo para ello. Esto es mi táctica para superarla.

Hay semanas que dan miedo antes de empezar. La semana de vuelta de vacaciones es un buen ejemplo para ello. Incluso durante las vacaciones he tenido que pensar en el momento de vuelta y me ha intimidado. La razón para ello es sencilla. No es una simple vuelta sino el comienzo de varios proyectos a la vez combinado con una acumulación de tareas que se tienen que llevar a cabo en poco tiempo. Hoy estamos en viernes y tengo la sensación que una vez más he logrado superar una semana intensa con éxito. Igual estas tácticas te ayudan para cuando estés en la misma situación.

Dividir tareas grandes en tareas pequeñas

Verás que las cosas que hago no son complicadas. Son de sentido común. Para un proyecto de un cliente he tenido que crear una documentación de 12 procesos diferentes. Cada uno de ellos me iba a conllevar apróximadamente una hora. Mi objetivo por lo tanto ha sido dividir la tarea en 2-3 procesos al día para llegar a tiempo a la fecha de entrega que es el martes de la semana próxima. Estas cosas son obvias pero muchas veces nos vemos en una situación de agobio porque tenemos la sensación de tener que atacar la tarea una vez y finalizarla. Lo más duro es hacer el comienzo. Empecé con ello el martes y estamos a viernes. De los doce procesos me quedan cuatro por realizar. Ahora que tengo ya datos del resto de los días y conociendo mi agenda veo que puedo realizar mínimo dos hoy para acabar con la tarea el lunes de la semana que viene.

Resumen: cuando tienes una tarea grande divídela en bloques pequeños que puedes realizar durante un tiempo x para acabarla. Empieza cuando antes para tener datos y conocer la velocidad de ejecución y en caso de desviación del plan inicial poder adaptar el ritmo de trabajo.

Planificar los días por bloques de 30 minutos

Esto ya lo he comentado en más de una ocasión. En días muy intensos suelo dividir mi día en bloques de 30 minutos de trabajo. Esto me ayuda planificar y me guia durante la jornada. En general suelo ser más rápido por lo que la confianza durante el día va creciendo y empiezo a ver la luz al final del túnel. Suelo empezar con llamadas con clientes que suelo tener siempre varias todos los días. Los bloques restantes son los que tengo para llevar a cabo el trabajo.

Resumen: divide tus días más intensos de trabajo en pequeños bloques. Asigna a cada bloque una tarea que quieres llevar a cabo. No seas demasiado óptimista en la ejecución sino deja un poco de margen para hacer pausas entre cada bloque. Haz que vayas siempre por delante del plan esto te dará la energía necesaria para aguantar hasta el final.

Ayuno intermitente

Este punto es especial porque no servirá a todo el mundo pero a mi me va genial. Fue una decisión prácticamente espontanea que me llevo a empezar con el ayuno intermitente. Al principio fue “únicamente” saltarme el desayuno pero pocos días tras iniciarlo pensé que igual la comida también me la podía saltar. Aparte de los beneficios de salud de esta práctica gano tiempo muy valioso estos días. Aunque nunca me he parado mucho tiempo para comer al final son 45-60 minutos que gano en suma para trabajar. El ayuno me permite estar más centrado y con más energía por lo que aparte de pequeñas pausas para tomar un vaso de agua apenas paro durante el día.

Resumen: no comer hasta la cena me libera ancho de banda porque no tengo que pensar lo que voy a desayunar o comer. Gano tiempo adicionalmente porque el tiempo comiendo lo paso ahora trabajando. Aguanto más tiempo de forma concentrada.

Abandonar la idea que hacer todo a la perfección

Soy una persona que está dispuesta a asumir riesgos. Esto en mi caso conlleva también aceptar el hecho de que no todo va a salir a la perfección. Habrá cosas que se van a romper y que tendré que arreglar como sea. No me preocupa eso sino me centro en lo que puedo hacer con el tiempo que tengo a mi disposición. Pongo el foco 100% en las cosas que puedo controlar. Si me esfuerzo al máximo pero aun asi no consigo llevar a cabo una tarea cómo me hubiera gustado cambio de planes o acepto el plan B.

Resumen: elimino pensamientos negativos en plan de “y si sale mal”. Acepto desde el principio que va a haber cosas que van a salir mal pero mantengo la calma porque mi experiencia me ha demostrado que voy a encontrar formas para solucionarlo. Nada ni nadie es perfecto y tampoco es productivo hacer el intento.

Para acabar con la bola extra. Un camino largo se hace paso a paso. No me centro en llegar hasta el final sino en el próximo paso. Mientras que no te quedas parado llegarás seguro. No te preocupes tanto por ir más rápido sino por seguir moviéndote.

Stay tuned.

CATEGORIES
TAGS
Share This

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus ( )