Cómo distribuyo mi tiempo en mi negocio entre planificar, ejecutar y captar
Hoy te voy a hablar un poco de mi organización personal en mi día a día. ¿Dónde pongo el foco para exprimir mis jornadas de trabajo al máximo?
Desde que sigo a gente “de éxito” y observo lo que puedo aprender de ellos, también he puesto más foco en cómo yo hago las cosas. Si he aprendido una cosa básica sobre esta gente es esto: ninguno de ellos ha empezado con el plan perfecto. Simplemente han entendido que para lograr algo hay que mover el culo. Luego se han dado cuenta de cuándo más lo mueven, más consiguen.
Luego el día a día tiene una limitación de 24 horas que en realidad son 18 porque también tienes que dormir. 6 horas es el mínimo pero para algunos es poco porque necesitan más para estar descansados. Esa es la base y uno de los “secretos” que tienen en común. Cuidan su cuerpo y su mente.
El hecho de que tu tiempo en general y nivel diario es limitado significa que tienes que optimizarlo al máximo. Al final lo que diferencia aquellos que triunfan del resto es que rinden más en menos tiempo en comparación con el resto de la populación.
Lo que yo he ido adaptando a lo largo del tiempo
Uno de mis puntos más fuertes a nivel personal es el nivel de disciplina que soy capaz de alcanzar. La mayoría de las personas no es capaz de seguir una rutina. En mi caso es más bien al revés. De hecho creo que en vez de rutinas para mi son obsesiones. Si en ocasiones no puedo seguir el ritmo diario ya sea por viajes, lesiones, eventos especiales, etc. me siento extremadamente incómodo y tengo una mala conciencia de no haber seguido la rutina que estoy acostumbrado.
La base de la disciplina no es únicamente fuerza de voluntad. Aquí muchos se equivocan y buscan la excusa equivocada. Es más bien la multitud de posibilidades de distraerse a lo largo del día. En mi caso intento reducir el ruido al máximo. Posiblemente una de las mejores decisiones ha sido retirarme en gran parte de redes sociales, donde apenas soy activo. Ahora mismo estoy siguiendo a Alex Becker que lleva el tema de reducir distracciones a otro nivel. No tiene apenas muebles en su piso, no sale de casa, no bebe, no come comida basura, etc. Algunos dirán qué tipo de vida es esa y algo de razón tendrán. La cuestión es lo que quieres conseguir en tu vida y el precio que estás dispuesto de pagar por ello. Nada viene gratis en la vida y menos el éxito personal o profesional.
Distribución de mi tiempo en un día de trabajo
Un día normal de trabajo pueden ser unas 13 horas desde que me levanto. En este tiempo igual paso unas 10-12 horas delante del portátil trabajando. Aquellas tareas que requieren más concentración, disciplina o creatividad intento sacarlas por la mañana. No siempre es posible.
Planifico mi jornada y/o próximos días antes de empezar. Invierto unos 10-20 minutos en esta tarea.
Después tengo unas 4 horas de ejecución. Trabajo en proyectos de clientes. Saco faena del día a día.
Ahora como aunque no siempre tengo tiempo para ello. Invierto 20 minutos para ello.
Después suele ser un buen momento para hacer una llamada reunión para coordinarme con un proveedor o hablar con alguien de mi equipo. Aquí puedo llegar a invertir 40-60 minutos aunque no lo hago todos los días.
Siguen 3 horas de ejecución. Aquí si tengo suerte puedo dedicarle tiempo a temas más ligeros que ya no requieren un nivel de energía tan elevado. Sobre las 18 horas (en ocasiones se me hace más tarde), voy apuntando las horas que he invertido para cada cliente. Necesito hacerlo para la facturación a fines de mes.
Después invierto 10-20 minutos para la captación de nuevos clientes. Simplemente hago una búsqueda rápida en las plataformas habituales.
Evidentemente no todos mis días son iguales. Lo que si hago es sacarle provecho a cada minuto del día. Hay semanas donde consigo más y otras donde saco menos. Estar centrado es la clave. Lograr ejecutar lo máximo posible es otra clave. ¿Se puede mejorar mi rutina? Sin duda. En ello estoy.
Stay tuned.