Trabajar cuando nadie mira

Hoy me he levantado a las 6 de la mañana en mi segundo día de vacaciones para trabajar antes de que se despierte la familia. Cuando despierten, quiero estar con ellos.

No es fácil esforzarse. Ya lo implica la palabra en sí. Lo que no ayuda demasiado es que en tiempos de redes sociales es fácil obtener feedback positivo sobre tus planes.

trabajar cuando nadie miraFoto de Adobe Stock

“Mañana empiezo…”

“Poniéndome los zapatos de correr…”

“Preparando un plato sano de…”

Necesitamos tan desesperadamente una confirmación de nuestras buenas acciones que el feedback muchas veces se ha convertido en el principal objetivo y ya no tanto el generar un resultado positivo a través de nuestro esfuerzo.

Las redes sociales son fantásticas para animar (y en ocasiones hundir) pero no tanto cuando realmente hay que sacar el trabajo adelante. Al final esto no te lo soluciona ningún tuit en Twitter aunque la sensación que te genera te haga pensar que es así.

Soy una persona más feliz desde que he aprendido a trabajar cuando nadie mira. He aprendido que el único al que le tengo que demostrar algo soy yo mismo. Soy la persona más estricta y más dura a la hora de juzgar mis propios resultados. No sirve recibir palmaditas en la espalda cuando tocan bofetadas en la cara. Si fallo, no le fallo a nadie pero a mí mismo porque no soy capaz de estar a la altura de mis propias expectativas.

¿Te puedes imaginar la satisfacción que se siente cuando trabajas duro y no sientes la necesidad de compartirlo con el mundo porque la persona más importante ya lo sabe? Pues es un poco eso.

Stay tuned.

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