Aunque sea verano – firma un contrato para no ir con el culo al aire
Cometo todos los días errores pero en la mayoría de los casos nadie se entera. Hoy te voy a detallar un reciente acontecimiento. Una triste lección que espero haber aprendido.
Y te lo dice alguien que no lo hace. El otro día hice un cálculo rápido de los proyectos que en este momento gestiono. Di con la cifra mágica de 27. Yo mismo me quede un poco asustado. Ya sabemos todos que la regla de oro es enfoque, pues ya notas un poco que mi enfoque es diferente.
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El tema de contratos no es lo mío. Hay que invertir tiempo y dinero en hacerlo y no tiene un retorno de la inversión directo. Sobre todo eso último me impide hacer las cosas bien al 100%. Lo malo es que la mayoría de las veces tengo suerte. Es como cuando era jovencito. Iba sin billete en el tram y tuve la suerte de que nunca me pillaron.
Realizar proyectos sin contrato es un poco ir con el culo al aire. Tarde o temprano me tenía que pillar el toro. Esta vez ha ocurrido. ¿Os acordáis que teníamos un acuerdo para vender ese patinete eléctrico holandés? Pues resulta que ya no lo tenemos.
Parece que el fabricante estuvo negociando en paralelo con varias empresas a través de diferentes trabajadores que no comunicaron entre ellos. Firmaron además de nuestro acuerdo por e-mail un contrato con otro. Somos el actor más pequeño porque además funcionábamos en dropshipping y no como el otro distribuidor que ya les ha comprado una cantidad x del producto. ¿Ya os imagináis quien se ha quedado fuera del partido, no?
Decir que he estado increíblemente frustrado es quedarse corto. Lo peor de todo es que ya hemos cerrado tres ventas en una semana que por lo que parece podremos enviar y después ya cerramos la actividad. También contactaré con el proveedor español para ver si está interesado en colaborar. Creo que hay un win-win si trabajamos juntos.
Firmar un contrato no te soluciona todos los problemas pero es una especie de seguro para que el otro no cometa demasiadas tonterías (como p.ej. firmar un contrato con un segundo distribuidor).
Te das cuenta del retorno de los contratos cuando las cosas salen mal y ya no hay marcha atrás. Para mí esto es una lección más aprendida aunque desgraciadamente de aquellas que supuestamente ya me sé. Cuando llevas tanto tiempo viajando en tram sin pillar el billete y te pillan por primera vez el ROI de no hacer las cosas de forma correcta sigue siendo positivo. Lo malo es que sigue siendo mi caso.
Prometo mejorar. Dentro de poco me sentaré con mi abogado digital Nando para poner las cosas en orden que ya toca. Así que ya sabes. No hagas como yo. ¡Firma un contrato!
Menudo palo Carlos. La verdad es que el mundo digital es frenético y no nos damos cuenta de que hay cosas que se tienen que seguir haciendo como antaño.
El problema es que hay quien se asusta cuando le envías un documento para firmar, como si fuera una muestra de desconfianza, cuando lo cierto es que es una garantía para ambas partes.
A ver si al menos los contactos con el proveedor al menos llegan a buen (mejor) puerto.
Saludos.