Lo que he descubierto hasta ahora sobre emprender
Esta temática ya la habré tratado desde decenas de ángulos pero hoy me he levantado con ganas de añadirle (tal vez) una nueva perspectiva.
Ya van más de 11 años desde que aterricé en España para emprender. La verdad es que siempre me cuesta poner una fecha de inicio de esta locura/ aventura pero digamos que el momento en el que monté mi primera start-up Coguan me parece adecuado como para auto-definirme como emprendedor aunque posiblemente ya lo era antes.
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La gente siempre dice que te das cuenta que te estás haciendo mayor a través de tus hijos. El otro día mi mujer y yo vimos fotos y videos de nuestros peques de 2 o 3 años atrás. Es entonces cuando te das cuenta que no tienes tiempo para no hacer lo que te hace feliz. Todo o nada, a la hora de emprender no hay un camino entremedio.
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Emprender no es para todo el mundo
A la gran mayoría de las personas les gusta más la idea de emprender que realmente ponerse a montar algo. La perspectiva externa y los filtros de Instagram hacen que todo parezca mucho más bonito de lo que realmente es.
Mi día a día consiste en apagar fuegos. Voy de un marrón al próximo. Todo lo que pasa por mi red de personas que trabajan con y para mí sin solucionarse cae encima de mí. Son típicamente tareas desagradables.
Siempre que alguien me pide consejos les recomiendo no meterse a emprender. ¿Por qué complicarse la vida si todo puede ser más sencillo?
Si no te gusta vivir una vida llena de retos donde intuyes cómo la semana empieza pero no sabes cómo va a acabar entonces esto no es para ti. Hay que disfrutar del proceso sin necesidad de llegar a ninguna meta concreta. Alguien dijo alguna vez algo parecido a esto. Si necesitas emprender como necesitas respirar, entonces vas por el buen camino.
Necesitas rutinas sagradas e intocables
Establecer rutinas y procesos es uno de los fundamentos de cualquier empresa. Lo que haces es montar un piececita encima de la próxima. Imagínate tu meta como una pared con miles de ladrillos que vas construyendo todos los días. Al principio piensas que vas montando un ladrillo encima del próximo. La realidad es que los avances son más bien construir parte de un ladrillo cada día y al final de la semana poder colocar uno nuevo sobre la pared.
Los avances son muy lentos, tardas semanas, meses o incluso años para notar los avances. La suma de lo que haces a lo largo del tiempo es increíblemente potente. Es por ello que necesitas avanzar cada día. Tener rutinas sagradas te ayuda priorizar lo importante sobre lo urgente. No puede haber excepciones por mucho que se complique el día.
Tu equipo es importante pero tú lo eres más
Esto es posiblemente una forma poco popular de expresarlo pero según mi experiencia es la realidad. Cualquier emprendedor quiere contar con Steve Jobs y Elon Musk en su equipo porque busca gente con las que comparte una visión parecida del mundo. La realidad es que estas personas no van a trabajar para ti sino van a emprender su propio proyecto justo por el hecho de parecerse a ti. Lo ideal sería contar con un equipo de gente con mucha experiencia que sepa hacer todo lo que tú no sabes. ¿Pero sabes qué? ¡Estás en un start-up y no te puedes permitir sus salarios!
Por lo tanto el miembro más importante de cualquier equipo en una start-up es el emprendedor. Aunque no sea políticamente correcto decirlo es un hecho. Todo pasa por ti. Tienes que formarte en los campos que quieres que tu equipo ejecute. Eres como el guía en la jungla que abre camino con el machete para el resto del grupo.
Dicho esto considero que tener un buen equipo es clave para triunfar. En mi caso siempre he buscado gente con buena actitud. Me da igual lo que diga el curriculum porque si estás dispuesta a esforzarte y crecer como persona todo es posible. Al final tiene que haber ambas partes. Un emprendedor no puede estar sin equipo y al revés. Aunque las cosas no vayan siempre como previstas el emprendedor tiene que seguir confiando en el éxito. Tú equipo no estará ahí para darte palmaditas en la espalda cuando las necesites. Si no eres capaz de desarrollar la habilidad de auto-motivación no llegarás demasiado lejos.
Tu idea importa un carajo
La verdad percibida es cuestión de perspectiva. Si has leído dos o tres historias de emprendedores que han triunfado con ideas creativas puedes llegar pensar que realmente importa. Lo que nadie te cuenta son los 999.998 proyectos con ideas “brillantes” que han fracasado. Al final no depende de la idea sino muchos otros factores. La ejecución es una cosa pero no lo es todo. El cliente no suele saber lo que quiere hasta que le pones el producto delante de las narices. Es lo que le pasa a todo el mundo.
Luego hay que diferenciar cuando alguien en redes sociales ve una foto de algo y dice “Me Gusta” o incluso “Lo Quiero”. Estás todavía muy lejos de un “Te Compro”. Diría que el ratio es del 20%. Quiero decir que si públicas en Instagram una foto de un producto y hay 10 personas que dicen “Lo Quiero” puede que al final siendo optimista 1-2 acaban realmente comprándolo.
En resumen diría que prefiero una idea más conservadora ejecutada con constancia y paciencia la idea brillante.
Poco a poco vamos avanzando. Esto no es sencillo, ni bonito todos los días pero increíblemente emocionante. Si no puedes vivir sin esta sensación de montaña rusa puede que emprender sea para ti. Lo es para mí.
Stay tuned.