El miedo a criticar a los que conocemos
Las críticas constructivas si se aplican de manera correcta son una de las herramientas más efectivas para mejorar la comunicación. Muchos tienen miedo de utilizarlas.
En este mundo hay de todo, claro. Sobra mencionar que sobre todo en internet las personas que critican no están en la minoría. No se trata necesariamente de un troll. No hay que confundir opiniones opuestas con las ganas de fastidiar por placer.
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La crítica es fácil porque tenemos la sensación de movernos en un espacio anónimo donde ni nos afecta una posible reacción emocional por la otra parte ni tenemos que dar la cara cuando utilizamos las palabras como un bate de béisbol. Hasta aquí todo claro.
¿Por qué existe este miedo de criticar a los que conocemos?
Ahora la cosa cambia cuando tenemos que criticar a personas que no son desconocidos. En este caso la cosa cambia totalmente. Me refiero a tus padres, hermanos, pareja, jefe, compañeros de trabajo, etc. Llevo ahora 5 años en España y por la suerte de vivir en diferentes países he notado algunas diferencias a la hora de criticar.
- Miedo de ofender: vamos a ver. En el primer momento nadie se toma bien una crítica por muy constructiva que sea. La diferencia es algunos tardan horas o días hasta darse cuenta que es justificada o incluso nunca alcanzan este punto de comprensión. Los que lo entienden como una oportunidad de mejora, en cuestión de segundos cambian el chip.
- Factor cultural: en países hispanohablantes no se dicen las cosas a la cara. En este caso España incluso tiene la cultura más directa en comparación con otras naciones sudamericanas. A mí me ha chocado al principio porque un alemán siempre va al grano. Si algo no va bien te lo dice a la cara y sin tenerle miedo a tu reacción. El que recibe la crítica se aguanta e intenta procesarla. El próximo día la relación ha mejorado porque ambos entienden un poco mejor el punto de vista del otro.
- Miedo de equivocarse: una crítica puede ser no justificada. ¿Quién dice que tenga razón? Imagínate que el otro se lo toma mal y además resulta más tarde que he tenido un punto de vista equivocado sobre el asunto. Nadie quiere quedar como un idiota por lo que se traga también por miedo de equivocarse su crítica y no la expresa.
Por qué no deberías tener miedo de criticar
Hacer una crítica constructiva no es la tarea más sencilla del mundo. Evidentemente la forma de ser de cada persona son factores a tener en cuenta a la hora de presentarla. Hay que superar ese miedo.
1. Ayudas a mejorar a la persona: a largo plazo las palmaditas en la espalda hacen más daño que las bofetadas en la cara. A veces necesitamos que alguien nos diga las cosas como son sin maquillar nada. Evidentemente hace daño en el primer momento pero es una oportunidad única que le permite a la persona que recibe la crítica de mejorar. Luego ya depende de cada uno de si quiere o no sacarle provecho al feedback recibido.
2. Mejoras la comunicación: la vida es una constante gestión de expectativas. En cuando más directos y al granos vamos, más efectivos seremos en nuestra comunicación. No hay que darle más vueltas al asunto. Di lo que piensas. Siempre querer cuidar los sentimientos de las demás personas a largo plazo es una pérdida de tiempo. Hay que ir con cuidado pero tarde o temprano hay que exponer lo que uno realmente piensa.
3. Te permite tener más empatía: criticar de manera constructiva nos da una oportunidad única. Podemos mirar dentro de la cabeza de la persona. Es en estos momentos “vulnerables” que se suelen recibir respuestas honestas. Cuando entiendes mejor como una persona piensa tienes por tu parte también la oportunidad de adaptarte a sus necesidades y forma de ser. Una crítica nunca va únicamente en una dirección. En la mayoría de los casos se encuentra un compromiso que afecta un cambio de comportamiento en todos los afectados.
El consejo más importante a seguir es de nunca atacar a la persona y su forma de ser sino criticar el asunto. En vez de decir “es que tú eres muy dejado/a” deberías ser más específico concretando “si no recoges los platos después de cenar los tengo que recoger yo cuando vuelvo del trabajo”. Siempre cuando un ataque se centra en la persona la conversación se puede fácilmente alterar y dejar de ser constructiva.
¿Cuáles son tus consejos para perderle el miedo a la crítica constructiva?
“Corrige al sabio y te amará, corrige al necio y te odiará”.
Proberbio Bíblico.
considero que criticar es solo ver los aspectos negativos en cambio hacer una observación es opinar por que eso no debería ser así con argumentos sólidos intentando convencer de que nosotros tenemos la razon muchas gracias por el post.
errata: “Proverbio” por “Proberbio”. 😕
Mas o menos mi respuesta esta aqui http://tatxe.org/2013/07/02/a-mayor-informacion-mas-autocensura/ y ell resumen de mis conclusiones es: vive y deja vivir
Técnica del bocadillo
1.- Se cuenta algo agradable (y real) de la persona a la que se le va a hacer la crítica, referida al tema sobre el que se le va a hacer la crítica.
2.- Se expresa la crítica en los términos más neutros posibles.
3.- Se le ofrece una especie de negociación donde se le hace ver que un cambio en su conducta podría favorecer lo agradable que hemos comentado al principio; con una posible colaboración por nuestra parte.
Obviamente, no siempre funciona. Pero al menos, la persona recibe dos terrones de azúcar y un solo sorbo de café amargo… y así, es más aceptable que si le damos tres sorbos de café amargo… a no ser, que le guste mucho el café.
Cuanta razón tienes en este artículo Carlos.
Anotada propuesta de mejora personal.
Un abrazo.
Muchas veces cuando alguien critica o incluso comenta de forma constructiva una idea o proyecto tuyo, te sientes atacado personalmente.
El aprender a aceptar el consejo o incluso la crítica conlleva un crecimiento personal que cuesta un tiempo alcanzar.
El día que no te tomes la crítica a algo que has hecho u opinado como algo personal, podrás aprender de ellos. 🙂
Esta falta de dar la cara, de cuestionar… yo creo que puede estar relacionada con una pésima educación recibida, en la que nunca nos enseñaron a pensar, sino a copiar y memorizar, en la que te decían como debían ser las cosas, no cómo tú las veías o como querrías que fueran. Crecimos faltos de libertad y creatividad. El problema es que se sigue dando. Así que simplemente no hay opinión.
Y luego están los que teniendo opinión tienen vergüenza, quizás por desconfianza en sí mismos, preocupación por no encajar (al qué dirán), pereza de entrar en debate (desidia, falta de motivación) a que te critiquen también (no saber encajar las críticas), miedo a equivocarse ( porque claro luego se tiene que reconocer el error), y así la gran mayoría prefiere guardar las apariencias y seguir la corriente. Creo sinceramente que nos queda mucho camino por recorrer, hasta que no se nos meta en la cabeza que la crítica como opinión encontrada es buena, y es lo que nos hace crecer en el buen camino.
Saludos
Hola Carlos!
Estoy muy, muy, muy de acuerdo con este post. Sobre todo con la parte referida a las diferencias culturales. Yo soy española pero he vivido fuera algunos años y he podido comprobar esto que dices.
Personalmente lo llevo fatal porque a mí me educaron a ser directa. Mi filosofia es que si tienes algo que decir de alguien, se lo dices a esa persona, ni te lo guardes y alimentes un mal sentimiento, ni vayas criticando por la espalda. Pues eso es lo que veo que se hace en España habitualmente. Todo el mundo es super amable hasta que te enteras que alguien tiene un problema contigo del que ni eras consciente y en vez de hablarlo contigo se dedica a comentarlo con terceros.
Y lo mismo pasa si eres directo/a con alguien y le dices (educadamente) algo que no te gusta. Salvando excepciones, las reacciones suelen ser negativas, incluso cuando no lo aparentan, se genera un rencor.
Una pena, porque el ser directos y honestos salvaría muchos malos entendidos y nos ayudaría a mejorar como personas.
Puede ser miedo a criticar o miedo a malentendidos, cuando no conoces a alguien suele pasar que cualquier palabra sacada de contexto puede sonar mal o puede ser mal interpretada. A todo esto espero que visites mi blog y me heches una mano 😉
buen articulo, si tambien depende de la idosincracia de cada pais (cultura)
ya que hay gente que se ofende por dar consejos (piensan este que se cree..)
yo creo que mejor preocuparse de mejorar cada uno y no mirar para el lado.
Yo soy muy consciente de este problema del miedo a criticar a los demás. Pero he de decir, Carlos, que el problema no está tanto en que uno no pueda o quiera criticar a los demás: ¿qué ganas con consejos o críticas no solicitadas?
El mayor problema está en que…¡¡¡nadie cercano te critica!!! Y si no tienes realimentación de calidad, y esto incluye que te señalen errores y posibilidades de mejora, entonces el aprendizaje se ralentiza.
Yo he buscado solucionar en parte el problema pidiendo a mis lectores y a cualquier persona que lo desee que establezca una relación de Pepito Grillo conmigo: que me critique, que ponga el dedo en la llaga, que me diga todo lo que no le gusta o se puede mejorar. Yo a cambio hago lo mismo con él.
Escribí este artículo para publicitar la iniciativa: “Se busca Pepito Grillo”.
http://homominimus.com/2013/06/22/se-busca-pepito-grillo/
Actualmente tengo dos Pepitos Grillos que me critican implacablemente lo que hago en el blog.
Saludos.
PD: otra opción que he usado sin mucho éxito es la de criticar a los demás implacablemente esperando un cierto enfado que se traduzca en una crítica incisiva.
Mi supuesto psicológico es que un “enemigo”, o alguien que te quiera hacer algo de daño, siempre apuntará a verdaderas lagunas o errores personales para ser más eficaz en su venganza; las críticas con base real duelen más, así que los enemigos pueden hacernos más fuertes.
Creo que no me funciona muy bien porque la gente no es demasiado analítica ni sabe criticar eficazmente. Al final suelen recurir a los argumentos ad hominem. El espíritu crítico bien entendido no está generalizado.
Yo creo que la crítica es muy buena siempre que sea constructiva, para ayudar o si te han pedido la opinión.
Saludetes,
Joanna
Soy miembro de Toastmasters, la más grande asociación de oratoria en el mundo. Para mejorar damos feedback a las personas sobre sus discursos. Allí he aprendido dos cosas fundamentales para que el feedback sea bien recibido y, en consecuencia, sea efectivo.
1) El método del sándwich: Comenzar con los puntos positivos del discurso. Continuar con los puntos a mejorar. Terminar con algo positivo. Así, la persona que recibe el feedback, se permite no estar a la defensiva desde el principio (todo lo contrario), y al final se queda con buen sabor de boca.
2) Hablar siempre en positivo: Cuando tratamos los puntos a mejorar, es más efectivo decir “qué habrías podido hacer mejor” en lugar de “lo que hiciste mal”. El matiz es sutil pero poderoso, porque pasa de ser una crítica a una recomendación.
El feedback es una gran herramienta. Usada (y aceptada) bien puede lograr grandes cambios en las personas.
[…] bofetada deberías considerarlo como una ayuda para girar tu mirada hacia tu potencial de mejora. Rodéate de personas sinceras para recibir este tipo de feedback. Deberías dar las gracias por […]
Hola Carlos! Segun mi experiencia, en España la gente lleva muy mal cualquier critica incluso aunque sea totalmente justificada y la digas del modo mas diplomatico que sepas. Se sienten atacados y se ponen en modo de autodefensa. En otros paises, por ejemplo si haces algo incorrecto por la calle, la gente te lo dice. Aqui por eso no nos atrevemos mucho a criticar los malos comportamientos…y asi nos luce el pelo:-)
Muy interesante tema! Saludos!
[…] miedo de cruzar la frontera y ponernos serios con las personas. Sobre todo con las personas que conocemos bien. Pasar de buen a mal rollo. O por lo menos eso como muchos lo perciben. Criticar y exigir no es […]
[…] Así es como pensaba hasta hace poco. Es cierto también que la verdad duele. Muchas personas no son capaces de asimilar la realidad. Recibir un feedback sincero puede llegar a ser cruel y destructivo aunque la crítica no lo sea. Hay que ser consciente que todos funcionamos de manera diferente. […]
[…] y para mal. Pocos sabemos hacerlo en la dosis adecuada y en el momento oportuno. Muchos incluso tienen miedo hacerlo si se trata de personas más […]