¿Desea guardar los cambios?
Salir de la zona de confort no es necesariamente la parte más difícil para evolucionar a nivel personal. Lo complicado es guardar los cambios una vez que lo hayas logrado.
Guardar un post no es la tarea ideal si buscas inspiración. En ocasiones te puede incluso encontrar ahí. Esta frase me hizo recordar un post que escribí ya hace tiempo. Trataba de convertir los retos en hábitos. De este pensamiento salté al próximo.
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Por qué nos cuesta tanto guardar los cambios
Curiosamente la frase “¿desea guardar los cambios?” me hizo reflexionar sobre mi reto que anuncio en el nuevo blog de correr. Haré un esfuerzo importante para lograr mi meta. ¿Será únicamente temporal o conseguiré guardar este cambio. Existen muchos ejemplos donde no se logra mantener el nivel del objetivo logrado.
- Recuperar el antiguo peso tras adelgazar.
- Volver a empezar a fumar tras dejarlo.
- Dejar de hacer deporte tras correr una maratón.
- Recuperar los malos hábitos de comer sano.
Hay varias razones (y excusas) que nos impiden salir de la zona de confort de manera constante.
- Requiere disciplina y esfuerzo: a nadie le gusta salir de la zona de confort. Es desagradable, te hace sufrir y sentir mal. Cuestionas constantemente si este esfuerzo merece la pena. Al principio tienes como una goma que te tira hacia atrás constantemente.
- Falta de apoyo externo: ¿para qué tanto sacrificio? Las personas que te rodean en muchas ocasiones no ayudan demasiado para lograr tus objetivos. Si quieres dejar de fumar y tus amigos son todos fumadores no esperes demasiado apoyo por su parte.
- El poder de la rutina: los niños no son los únicos que necesitan rutinas. Los adultos también las tenemos porque nos dan mucha seguridad. Es una necesidad básica humana que es muy complicada de ignorar constantemente.
Salir de la zona de confort no es suficiente
El principal problema de guardar los cambios es que salir de la zona de confort no es suficiente. Mientras que sigamos teniendo una goma que nos tire atrás, la tentación de recaer retomando las antiguas costumbres es muy grande. Una vez que consigas (ya con menos esfuerzo) salir de la zona confort tienes que dar el próximo paso y buscar el próximo nivel.
Para pasar de un nivel a otro hay que avanzar dos niveles. El efecto que se logra es sencillo. La goma que te tira atrás se estira todavía mucho más para finalmente alargarse. Ahora una cosa fundamental ha cambiado. Puedes permanecer sin esfuerzo en el primer nivel porque la goma ya no te tira atrás en ese punto. Has salido de la zona de confort cuando ya no te das cuenta que la has pasado.
Para dar un paso, hay que avanzar dos.
Hola Carlos!
Salir de la zona de confort es necesario para asumir retos y para conocerse así mismo, creo que es la mejor forma para ello. Lo único que tengo duda es ¿cómo se llama el siguiente nivel? Quizás sea una pregunta estúpida peor me has hecho reflexionar 🙂 .
Un saludo!
El problema es educacional, tanto estudiar cosas que no utilizas eb tu vida diaria.Tenia que haber asignaturas de motivación, productividad, conócete a ti mismo. ..
Saludos 😉
La zona de confort no es rígida, esa es la cosa. Ahí estamos bien, y nosotros somos los únicos capaces de hacerla crecer. Si vamos dando bocaditos conseguiremos un ‘pisito’ mayor.
Me ha encantado el símil de guardar los cambios. ¡Muchas veces ya estamos ahí y se nos olvida hacerlo, es verdad!
Hablar de zona de confort cuando hay cerca de seis millones de parados en España puede que no sea la expresión más afortunada.
Sin embargo, sí estoy de acuerdo con el fondo del post. Lo que se avecina no es un cambio de ciclo económico, sino un cambio de paradigma… y a mucha gente le va a pillar con el pie cambiado…
No era mi idea hacer alusiones a gente en paro. No lo pensé ni un segundo Javi!
Salir de la zona de confort está sobrevalorado, sólo hay que saltar y en períodos de cambio y alta competitividad te empujan. Lo apasionante es entrar (en la del siguiente nivel) y equilibrarse. Ahí esá el reto, maratoniano.
Así es Manuel, a ver lo que te parece mi propuesta que te he enviado… 😉
Hola Carlos.
El final de tu zona de confort es como llegar al precipicio o a la orilla del mar. No se trata de tirarse por el precipicio o ahogarse en el mar. Se trata de construir un puente o montarse en un barco. Ampliar la zona de confort, y poder cruzar el puente o navegar a descubrir nuevas tierras.
Y si lo que encuentras al otro lado, una zona de confort ampliada, te gusta, más vale que pulses para guardar los cambios antes de seguir ampliándola, no vaya a ser que tengas que volver a la casilla de salida ante un “reset” inesperado 🙂
Un saludo,
José María
@jjimenez
Buen punto José María, no olvidar de darle a guardar! 😉
Hola Carlos,
Para salir de la propia Zona de Confort se requiere una fuerte motivación, nadie, sin una poderosa motivación es capaz de salir de su Zona de Confort.
Esa fuerza que impulsa al movimiento puede ser interna o externa a uno mismo: Familia, deudas, desempleo, enfermedad, búsqueda de libertad, cambio de status, espiritualidad, libertad financiera, etc, etc.
Diferentes motivaciones para diferentes personas, lo que motiva a uno no necesariamente lo hace otro.
Para salir de la Zona de Confort no hay que estirar la liga, hay que romperla, el nombre de la liga es “apegos”.
Saludos, excelente post.
Muchas gracias Carlos y totalmente de acuerdo! 🙂
[…] que siguen este blog saben que en ocasiones la acción de guardar un cambio ya puede ser suficiente para inspirarme. Estas dos preguntas han generado de manera espontanea una […]
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[…] que hayamos tenido que salir de la zona de confort. La mayoría que sale de ese territorio no consigue guardar los cambios porque hay una goma invisible que te tira atrás hacia la […]